miércoles, 26 de septiembre de 2007

El patio de la escuela

Kirchner, el presidente de la nación, está en Nueva York, atendiendo a la reunión de líderes mundiales que se dan cita en la ONU estos días de septiembre. Su esposa, Cristina, Kristina (Fernández) Kirchner, también anda por Manhattan. Se reúne principalmente con empresarios, como ha hecho estas semanas pasadas en España, Alemania y Francia. En NY también está ahora el ministro de transportes, aunque ha anunciado que adelantará su regreso para hacer frente a los paros sindicales del Subte.

Macri, el futuro alcalde de Buenos Aires, está en Madrid. Se entrevista con Gallardón y Aguirre, atento a las evoluciones de la capital española, porque quiere trasladar las obras del metro y la M-30 a su ciudad. No sé cómo advertirles, mientras nuestro ex, Aznar trabaja como asesor de empresas estadounidenses que desean invertir en terrenos argentinos.

Macri no asumirá el cargo hasta diciembre; la presidencia de Kristina está todavía pendiente de las elecciones de octubre, pero la mina se pasea por todo el planeta habiendo asumido que no hay opción a que ella no sea la futura máxima dirigente de la república. Todo el mundo lo da por sentado.

Igual los argentinos van a votar. Están obligados a ello, so pena de multa. Una cartillita indica cuántas veces ha votado cada ciudadano: sólo quedan exentos de este derecho obligatorio aquellos en edad avanzada. El día anterior a las elecciones se veda la venta de alcohol en todo el país: como las elecciones caen en domingo, los argentinos hacen acopio de alcohol dos días antes para pasar la noche del sábado.

¿Se anestesian? No veo que echen de menos, no demasiado, a los líderes -y aún no líderes- que yiran (vagan) ahora por el mundo. No esperan toda la atención de los padres, y madres, de la patria.

PD: En opinión de una amiga la situación está bárbara; es como cuando en la escuela el profesor no viene y los nenes tienen libre. Uno no aprende, pero la pasa bien. De última, está más tranquilo.

PD2: Sean como sean las cosas en apariencia, lo cierto es que Argentina tiene una tradición democrática de casi dos siglos. Las comparaciones, claro, son odiosas. El patio de mi casa...

PD3:


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